martes, 31 de mayo de 2011

KOKUSAN


Estos son 4 ejemplares de gusanos japonesess. Lo primero que destaca de ellos es ese color negro aterciopelado que presenta su cuerpo y las tonalidades rosadas y anaranjadas que presentan a lo largo de sus segmentos. En el momento de la foto viven su trigésimo día desde que eclosionaron los huevos. No comen aún tanta cantidad de morera como otras razas y tienen una forma muy particular de hacer las mudas, recordando incluso a las figuras jeroglíficas pintadas de los antiguos egipcios.
Realmente atractivos de apariencia en pocos días empezarán a hilar sus sedosos envoltorios para poder continuar con su metamorfosis. ¿De qué color y forma serán los capullos con que nos van a obsequiar?

Los gusanos japonesess han confeccionado su capullo y en la foto se puede apreciar claramente que son algo acinturados. Al tacto son consistentes, espesos, compactos y además del blanco hay algunos que tienen como iridaciones verdosas. Ese tendría que ser el color propio de la seda de estas larvas, a pesar de que unos pocos individuos presentan un color amarillo. La variedad de los gusanos está, pues, en proceso de homogeneización, a ver si en años posteriores conseguimos que todos los capullos sean de color blanco.

Finalmente aparecieron los adultos y como puede observarse en la foto además de unas nervaduras bien visibles en las alas y de alguna franja más o menos diluída, se pueden apreciar las dos líneas negras paralelas y muy cortitas a ambos lados de las alas, casi en la zona más alejada del tórax de la polilla. En la hembra son algo más claras, pero igualmente visibles que referencian a las mariposas de esta raza tan especial.

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