Además del
envoltorio que sirve para protegerse mientras la larva hace la metamorfosis
para convertirse en polilla, el capullo de seda sirve para distinguir razas,
puesto que uno de los signos para afirmar que las razas son puras es la
uniformidad, tanto en color como en forma, de los capullos de seda que
confeccionan todos los individuos de esa variedad en concreto. Aquí podemos ver ese amarillo uniforme de la raza Amarilla española número 1
Entre los
capullos de gusano de seda se distinguen 4 tipos bien diferenciados, atendiendo
a su forma. La más común es la de los capullos ovalados, es decir, más anchos
por un extremo que por otro. La segunda forma que se puede distinguir es la del
capullo alargado,
de anchura prácticamente uniforme a lo largo de toda su longitud. (capullos alargados de leucinos)
Una tercera
forma es la del capullo acinturado
que tiene una estrechez en su zona central y una cuarta forma es la del capullo
redondo,
prácticamente esférico y bastante difícil de que se dé. Además, entre las tres
primeras formas puede haber distintas combinaciones, así se pueden observar
(como en el caso de los Almería/Galera) capullos acinturados y muy alargados o
capullos ovalados y levemente acinturados (caso de los Andrinople, en la siguiente foto).
En cuanto a los
colores, también se puede afirmar que la uniformidad se corresponde a cada raza
de gusano, sobre todo debido a la pureza de las líneas genéticas. Así pues en la siguientes imágenes podemos ver diferentes colores de capullos de una misma raza que nos indican claramente que ha habido hibridación. (Rigata y blancos de Andújar)
En general, la
variedad cromática es grande y los capullos de seda, independientemente de su
forma y de la pureza de las razas, pueden ser blancos, amarillos, naranjas,
rosas e incluso verdes, con tonalidades entre estos mismos colores. Aunque lo
que sí es evidente es su diferencia de tamaño según alberguen futuros machos,
hembras (de mayor tamaño) o sean capullos dobles o incluso triples.
Además hay capullos que se conservan desde muy antiguo, un ejemplo lo podemos ver en la siguiente foto donde podemos observar capullos de seda de 1867, cultivados por los alumnos de la Escuela Provincial Agrícola de la Granja Experimental de Barcelona.